Un precioso combinado entre lo moderno y el estilo nórdico que tanto nos gusta y toques rústicos es lo que nos muestra esta bonita casa de espacios abiertos donde se ha trabajado para que cada uno de sus 167 metros² sean confortables, prácticos y funcionales.
Las vistas que rodean a la casa, situada en Grenaa, Dinamarca, hicieron que sus dueños, una pareja con dos hijas, se decantaran por techos altos que dieran la opción de colocar amplios ventanales y puertas acristaladas y poder disfrutar de la luz y los exteriores.
Se optó por la pintura blanca y, en contraste, suelos rústicos de gres marrón oscuro en la cocina y el comedor y madera, mucha madera natural, en el resto de suelo y también en gran parte del mobiliario de la casa a fin de poner el toque nórdico que deseaban sus propietarios.
El centro de la casa se ha proyectado en torno a la sala, comedor y cocina, un lugar diáfano en el que la familia pasa la mayor parte del tiempo. Para el comedor se optó por un mueble aparador antiguo restaurado en madera de nogal en el que se guarda la cubertería y vajilla. La mesa también es de madera natural, se realizó con tablones reutilizados y fue construida por un amigo de los propietarios. Las sillas es un combinado de distintos estilos adquiridas en tiendas de segunda mano con dos sillas de jardín de Silvan, y lo más destacado es la gran lámpara globo de un diseño original y finamente trabajado en madera.
La cocina está situada en un lugar estratégico desde el que se divisa toda la sala, comedor y también los exteriores, gracias a la gran puerta de cristal que aporta luz y también la sensación de estar en plena naturaleza.
Una gran isla de madera lacada en blanco permite un amplio espacio de trabajo en esta zona, en la que también se ha puesto el fregadero y que, a su vez, es un enorme espacio de almacenaje para los utensilios culinarios.
El dormitorio principal también está bañado por la luz natural que entra por la ventana acristalada que llega casi hasta el techo. Se ha vestido con una cama amplia pero muy simple, sin cabecero y con ropa oscura a contraste con el blanco de las paredes.. Los objetos decorativos provienen todos de mercadillos y tiendas de segunda mano, en la que se han encontrado cestas, sillones, cerámicas y algunas cajas de madera.
En el dormitorio infantil, se ha instalado una bonita zona de estudio y almacenaje a fin de que las niñas también tengan su espacio y lugar para guardar todos sus juguetes. El escritorio se ha diseñado con un antiguo tablón rescatado también en una tienda de antigüedades, colocado sobre un banco de Ikea y apoyado sobre las cajoneras. La silla elegida es de estilo vintage y los objetos decorativos siguen la tendencia de la madera y las adquisiciones en los rastrillos.
Via: boligmagasinet.dk