Una casa pequeña y antigua que mantiene su esencia y plano original, con desniveles y ambientes compartimentados, de poco tamaño, y una decoración rústica que destaca los detalles originales de la construcción.
El corazón de la vivienda es el ambiente donde funcionan la cocina y el comedor diario, cada uno en un extremo. La cocina es de otra época, combinando muebles en color verde con mesadas de madera clara y una isla central que proporciona espacio extra para la preparación de comidas.
Para separar la cocina del comedor se instalaron dos divisiones de madera con vidrio repartido que dividen el espacio pero no interrumpen el paso de luz.
Las paredes revestidas en madera, los techos de madera con vigas a la vista (ambos pintados de blanco) y el piso de madera gastada aportan a la decoración un marcado estilo rústico y cálido a la vez, bien complementado con muebles de madera antiguos que refuerzan la estética rústica.
Vista desde el comedor hacia la cocina con la división de espacios en primer plano. Una solución que además de servir para dividir ambos ambientes, permite distribuir los muebles de otra manera: del lado de la cocina hizo posible añadir dos muebles adicionales para sumar espacio de guardado.
La cocina rústica, con muebles en diferentes alturas y una pileta antigua. La repisa centrada en la pared funciona como elemento decorativo y permite tener a mano tazas y vajilla de uso frecuente.
La sala se ubica junto a la cocina. Los muebles antiguos combinan muy bien con las paredes de ladrillo pintadas de blanco y los techos, que al igual que el resto de la carpintería, son de madera envejecida.
La sala es pequeña y poco luminosa. La única luz natural que recibe proviene de una ventana en el techo y de otros ambientes, a través de las puertas con vidrio.
El dormitorio principal es muy pequeño y se amobló tan sólo con lo básico: una cama matrimonial, un banco que funciona como velador y un espejo de pared. La decoración es rústica minimalista pero original y colorida, destacando la carpinteria pintada de diferentes colores como la ventana en verde y las puertas de los armarios en un azul claro. La manta amarilla sobre la cama complementa la paleta de color y suma un color vibrante a la decoración.
Una bañera antigua en un espacio poco usual: un pasillo que comunica diferentes ambientes de la casa, detalle de las viviendas antiguas cuyo plano no fue concebido originalmente para incluir este tipo de artefactos.