Viajamos hasta Suecia, una de las principales promotoras del estilo nórdico que en este caso se ha dejado llevar por la atracción de lo rústico con elementos naturales y muy particulares, evitando estampados en los textiles y decantándose por la madera natural y los muebles desgastados, el mimbre, la piel y el lino, que combinaron perfectamente con algunos elementos de estilo moderno.
La sala tiene un aire elegante gracias a los sillones de piel negra que acompañan al gran sofá de estilo Chesterfield tapizado en piel color teja, aportando color y belleza. La calidez la aporta una alfombra de lana en color azul que ocupa gran parte del espacio y la chimenea a un lado de la sala que igual calienta que decora debido a su estilo.
La luz natural que entra por las grandes puertas de cristal hace muy agradable la estancia, permitiendo disfrutar de las vistas del jardín y regalando grandes ratos de lectura, charlas y ocio con la familia y amigos.
Al lado opuesto de la chimenea se ha habilitado un pequeño espacio para el televisor. La pared de travesaños de madera pintada en blanco quita modernidad a la tele y al pequeño y minimalista mueble blanco sobre el que se ha colocado. Colgada en la pared una pequeña estantería con huecos para una colección de diminutas casas de madera tallada.
En la cocina podemos encontrar elementos muy variados pero que en su conjunto armonizan perfectamente. Para la iluminación se ha optado por focos y tubos de estilo muy moderno y una bombilla colgante para potenciar la iluminación en un punto determinado. Los muebles son de líneas muy rectas, que bien podrían ser usados para una decoración minimalista, sin embargo el haber incluido la mesada de madera color cerezo, al igual que el mueble de la despensa o el hormigón para la isla hacen que el estilo cambie completamente y se adapte a la decoración rústica que se pretende.
Bajo la isla de cocina se ha colocado una repisa para guardar cestas y objetos de menaje culinario y junto a la misma una gran mesa de madera blanca con un conjunto de sillas de distintos estilos. El hormigón con el que se recubrío la isla contrasta con los materiales naturales y cálidos creando un interesante juego de colores y texturas que acentúan el estilo rústico de la decoración.
El espacio de guardado no se ha descuidado en esta casa. Un nicho en una de las paredes de la cocina sirve como pequeño armario, con estantes para guardar la cristalería, la vajilla y los utensilios de cocina más delicados. Puede dejarse todo a la vista, contribuyendo a crear una ambientación más acogedora o se puede ocultar completamente gracias a las grandes puertas correderas de madera natural que recrean el estilo de los viejos establos.
Para una de las zonas de paso se optó por dejar la madera de las paredes en color natural barnizado, colocando un gran reloj de pie estilo antiguo que se pintó en blanco desgastado dando así un aire muy vintage.
La zona de trabajo se ha instalado en el dormitorio principal. Un pequeño escritorio y una silla mecedora permiten trabajar en intimidad.
Los mismos cojines decorados hacen de cabecero de esta amplia cama que se ha vestido con una colcha de lino natural con estampaciones de sellos de transporte y que junto a una foto de un ciervo y algún que otro elemento decorativo rústico hacen de la estancia un lugar adorable y acogedor.
El segundo dormitorio ha adquirido personalidad al pintar una de las paredes en gris oscuro, conservando las otras en madera como el resto de la casa. Se ha dado color con la alfombra en tonos azul y blanco, la funda nórdica adquirida en Ikea y los cojines personalizados.
El baño sigue la línea de la vivienda: aire rústico tanto en sus muebles como en los elementos decorativos y el uso de la madera o el mimbre y detalles tan encantadores como el farolillo colgado en el toallero.
Via hemtrevligt.se